Ergosfera:
En el límite de lo real

Tempus Fugit

Parece que fue ayer cuando publiqué mi primera pagina web en Arrakis.es. Era un tiempo lleno de ilusión y de ganas de escribir de lo que siempre me ha gustado, la ciencia ficción. Lector impenitente desde muy temprana edad, un dia descubri, casi por casualidad, que mis reflexiones sobre los libros que había leído le gustaban a la gente. Y eso me impulsó a seguir escribiendo mas y mas y participando en los foros de Usenet y en el char IRC (en cierto modo el embrión de la modernas redes sociales)

De ahi me vino la idea de Ergosfera como un espacio en el borde de lo real donde mis escritos y vivencias se congelaban en el tiempo para siempre.

Pero en el mundo real, el tiempo no se detiene sino que fluye como el agua en un barranco arrastrando y erosionando nuestra vida en el proceso. Asi un dia descubres que ya no eres joven. Arrakis ya no existe, ni aquella primera pagina albergada alli tampoco. De los amigos de entonces, a muchos se los ha tragado el tiempo. Otros simplemente han muerto, y ya conocen el sabor de la eternidad. Y en este mundo cambiante, que todo lo absorbe, como un agujero negro, solo queda el debil recuerdo de lo que alguna vez fue y mañana nada sera.

Destellos del ayer que flotan en el tiempo.

En esta pagina quiero  recoger algunos destellos de lo que fui alguna vez antes de convertirme en nada. Mis escritos. Mis fotografias. Mis viajes a lo largo y ancho de este mundo y los proyectos en los que ahora trabajo antes de que venga el olvido a llevarme junto a el

Escritos

Como dije antes, escribir fue, en un momento dado, el motor de mi creatividad. Mi primer amor fue la lectura. El dia de mi comunión me regalaron, como se usaba en aquella época, los muebles de mi nueva habitación entre los que se incluia una estantería. Y como mi padre sufria del horror al vacío, compro para rellenarla los cien libros de la colección RTVE. Jamás pude soñar que ese simple hecho iba a cambiar tanto mi vida. Con ellos aprendí los miles de mundos que se esconden en los libros, y lo hermoso que resultaba poder pasar de la biografía de Cesar a una nave espacial en la órbita de Saturno cuyo ordenador despertaba a la conciencia y asi sucesivamente. 

Mas tarde, después de las largas horas de trabajo me gustaba leer vorazmente y visitar con mis lecturas otros mundos y otros soles distintos al que vivía. En esta sección se recopilan los escritos que alguna vez publique como eco de estas lecturas, incluyendo los que recibieron los tres monolitos del  premio Ignotus que duermen en mi estantería.

Viajes

Viajar ha sido quizás la segunda gran ilusión de mi vida. Este mundo es tan grande que una vida entera no da para recorrer todos sus rincones. Un dia me ire para no volver a donde todos vamos a parar (sea cielo o infierno) pero al menos puedo decir que he visto la lluvia repiquetear sobre las hermosas cúpulas de las madrasas de Samarcanda  y me he sentido abrumado por los rascacielos de Nueva York, Shanghai o Tokyo. He caminado por las arenas de los desiertos de este mundo y descubierto las ciudades que duermen a su vera en Egipto,en Túnez o en Jordania. He caminado por las callejuelas de Jerusalén y he visto el sol ponerse en un templo hindú en Bali y en la India. Y he visto a la luz jugar sobre las doradas cúpulas de San Petersburgo y las de tantas otras hermosas ciudades  Y aun así, quedan tantísimas cosas por ver y tan poco tiempo para verlas...

Fotografia

Despues de los libros y los viajes, mi tercera gran pasion ha sido la fotografia. Tuve la suerte de que a los 18 o 19 años me regalasen una magnifica camara Olympus que abrió un mundo cuya existencia jamás hubiera sospechado. Compañera en mis viajes y alas de mi curiosidad, en mi galeria fotografica duermen decenas de miles de fotos que he ido tomando a lo largo del tiempo. Aqui me gustaria exponer algunas pocas, quizas no demasiado buenas (nunca estuve tocado por el dedo de la musa en esta tarea) pero que al mi me satisficieron, al menos en su momento.

Trabajos y experimentos.

El ultimo vortice sobre el que giro mi vida fue mi trabajo. Yo siempre fui uno de esos tontos que no trabajaban para vivir, sino que vivian para trabajar. Ya a los diez años construi  un submarino con unos botes de insecticida que era capaz de sumergirse y volver a emerger, ante el pasmo de mi padre. Luego, mi curiosidad estuvo a punto de matarme cuando leyendo un libro aprendi a fabricar un arma de destruccion masiva que liberaba cloro gaseoso (de nuevo con los ingredientes que habia en la pila de lavar de mi madre) y casi perezco en el intento. Con estos antecedentes, podeis imaginar que mi vida nunca ha sido tranquila. He fabricado y volado todo tipo de aviones y drones, diseñado aparatos para recoger, almacenar y distribuir toda clase de datos meteorologicos y climaticos, creado pequeños robots autonomos y mil trastos por el estilo. Hoy la mayor parte de estas cosas forman tanta parte de nuestras vidas que pocos encontrarán mérito en ello, pero aun así mi curiosidad sigue moviendome hoy en día para descubrir fabricar y probar todo tipo de tecnologías a mi alcance.

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